Un padre acusado de asesinar a su hijo que regresa de un juego de bingo

Una terrible noticia ha conmocionado Estados Unidos en septiembre de 2010. Kevin Fletcher, de 62 años, ha sido acusado del asesinato de su propio hijo, Kevin Fletcher Jr. Este último fue encontrado inerte en su apartamento por su compañera y algunas personas del vecindario. El sexagenario será juzgado en unos días. De nuevo una historia oscura que marca a los Estados Unidos y al resto del mundo.

Un caso difícil de resolver

Es en un buen día de septiembre de 2010 cuando el cuerpo de Kevin Fletcher Jr. fue encontrado tirado en el suelo, en el apartamento habitado por el individuo con su novia. El principal sospechoso es nada menos que su padre, Kevin Fletcher, un sexagenario que no tenía antecedentes penales y que era muy apreciado en su vecindario. Según las autoridades, el padre y el hijo difunto habrían jugado al bingo la noche del asesinato. Kevin Fletcher habría propuesto entonces a su hijo conducirle hasta su casa. Antes, la víctima habría invitado a su padre a tomar café en su apartamento y su cuerpo no fue encontrado hasta el día siguiente por la mañana.

La policía que investiga la escena no ha encontrado ninguna señal de delito. Las puertas no estaban cerradas con llave, lo que demuestra que la víctima no era hostil con el sospechoso que entró en su casa. Pero, ¿cómo Kevin Fletcher, un hombre tan tranquilo, había podido apuñalar a su hijo varias veces hasta causarle la muerte?

Kevin Fletcher Jr., un individuo en problemas

De acuerdo con el ayuntamiento de la ciudad de residencia de la víctima, Kevin Fletcher Jr. tenía antecedentes penales y era una persona problemática. Su comportamiento aterrorizaba a su familia inmediata, que no sabía cómo ayudarle, especialmente porque el joven tenía enormes problemas financieros. El psiquiatra que seguía a Kevin Fletcher Jr. dijo a las autoridades que su paciente había tratado de agredir a su padre un año antes de que encontraran su cadáver. Fue en las Navidades de 2009. Kevin Fletcher Jr. también habría agredido a su padre varias veces y el diagnóstico de los profesionales sanitarios que le siguieron fue inequívoco: sufría de esquizofrenia y depresión crónica.

Además de estos problemas psicológicos, la víctima era toxicómano, consumía una gran cantidad de drogas e incluso traficaba ilegalmente. Las autoridades descubrieron que el joven había sido acusado de un caso de violación. También habría cometido una larga serie de otros delitos. Sin embargo, los resultados de las pruebas encontraron las huellas digitales de Kevin Fletcher y rastros de sangre en varios rincones del apartamento del joven delincuente. En cualquier caso, la policía nunca logró encontrar un par de zapatos usados por la víctima durante la noche triste. En cuanto a la camiseta que le había dado su padre para demostrar su buena fe, no se corresponde con la que él llevaba en ese momento. ¿Delito o legítimo acto en defensa propia? Será difícil conocer la última palabra de la historia...